La sesión preparatoria del Concejo Deliberante de Tafí del Valle resultó un escándalo, con altas dosis de violencia verbal, contra la mayoría de los ediles. Los incidentes motivaron, incluso, que durante alrededor de siete horas, algunos concejales debieran permanecer encerrados en oficinas del edificio, por temor a ser agredidos. Se registraron, además, roturas en aberturas.
De acuerdo a un acta elaborada por la Policía, todo comenzó hacia las 19 del martes de la semana pasada, cuando se comenzaron a discutir los pliegos de los seis concejales electos: Cristian Caliva, Beatriz Centeno, Eduardo Arnedo, Omar Vedía, Damián Roldán y Omar Monasterio. Este último cuestionó el pliego de Caliva, sobre la base de que sobre él pesan dos causas en la Justicia. Según Vedía, el abogado del cuerpo, Pedro Paz Bulacio, explicó que no correspondía el planteo. El pliego de Caliva fue aprobado y entonces -siempre según el acta policial- Monasterio y Roldán se retiraron de recinto.
Luego, los cuatro ediles que permanecieron en la sala de sesiones pasaron a elegir, por unanimidad, las autoridades del Concejo: el propio Caliva fue reelecto presidente, y las vicepresidencias primera y segunda recayeron en Centeno y en Arnedo, respectivamente. El acta da cuenta de que una vez elegida la mesa de conducción, aproximadamente a las 20, Monasterio y Roldán retornaron al edificio, esta vez acompañados por unas 40 personas. “Ingresaron en forma abrupta al recinto del Concejo, con gritos, ademanes y amenazas hacia los concejales que se encontraban allí”, dice el acta.
La versión fue confirmada a LA GACETA por Vedía. “Había gente que no quería que asuma Caliva. Nuestros amigos y familiares empezaron a irse, porque se empezó a agitar la cosa; empezó a llegar más gente, muy molesta por la asunción de Caliva. Insultaban, tiraron huevos; estaban enojados y gritaban”, contó. Según su opinión, el problema surgió de las propias entrañas del oficialismo. “Caliva fue candidato del Frente para la Victoria; respondía al intendente (Jorge Yapura Astorga), al igual que Monasterio, Roldán y Centeno. La gente gritaba que Caliva había traicionado la confianza de Yapura Astorga”, expresó el concejal, que responde al amayismo.
Según el acta policial, además de las personas que insultaban se habían llegado hasta el recinto familiares de un menor que falleció en un hecho caratulado como homicido culposo, en el cual, en efecto, se encuentra imputado Caliva. “Es de público conocimiento que él tuvo un accidente en la ruta. Pero yo desconozco su situación”, dijo Vedía.
El acta policial da cuenta de que los agentes destinados a la custodia de la sesión se vieron desbordados. “El personal destacado en el lugar trató de mediar y evitar agresiones a los concejales y roturas del inmueble, que es gran parte vidriado (sic). Pero se vio superado por la cantidad de personas, lo que obligó a Caliva, Centeno, Arnedo y Vedía a encerrarse, para su resguardo, en una oficina del Concejo”, dice el texto. Agrega que los manifestantes iban y venían a y desde la sede del Ejecutivo municipal -lindero al del Concejo-. “Recibían órdenes telefónicas de alguien cercano a la Municipalidad, para que impidieran finalizar la sesión preparatoria”, puntualiza el acta.
Esto fue desmentido por Monasterio. “No me responsabilizo por esto; nosotros no hemos estado al frente (de los manifestantes). Cada uno tiene derecho a protestar; pero nosotros no hemos organizado la protesta. Por supuesto que ellos (los cuatro ediles que debieron encerrarse) van a decir que sí, pero no me interesa, tengo mi conciencia tranquila; yo quiero hacer las cosas bien”, respondió ayer, cuando fue consultado por LA GACETA.
Según explicó, lo único que él quería era que se pida un informe a la Justicia, sobre la situación de Caliva. Esto, en efecto, consta en el acta de la sesión. “Ellos votan en contra, ganan y aceptan el diploma de él sin problemas. Nosotros queríamos que se observe, no decíamos que le quitábamos autoridad”, precisó.
Monasterio añadió que, en realidad, se retiraron porque no estaban de acuerdo con la elección de autoridades. A su criterio, no correspondía, porque todavía se encontraba en funciones la anterior composición de la mesa de conducción. “Esta sesión era la preparatoria; ellos pidieron la ampliación para elegir autoridades. Ahí nos retiramos, porque no era el día, debería haber sido el jueves 29, porque ese día finalizaba el mandato de los salientes, y se iba a generar una superposición de cargos. Nosotros sabíamos que perdíamos la conducción, pero queríamos que se haga el 29”, afirmó.
Según el acta policial -ratificado por Vedía a LA GACETA- los ediles permanecieron encerrados hasta las 2.30 del día siguiente. Los manifestantes, que llegaron a romper una puerta, sólo se retiraron luego de que se hiciera presente el segundo jefe de la Unidad Regional Oeste, Julio López, que medió para que se acepte el pedido de aquellos, de conocer el contenido del acta de la sesión.